El “xeneize” tuvo su debut en la ciudad casi cuatro años después de su triunfal gira por Europa, cuando ya era considerado grande. Goleó 6 a 0 con tantos de Cherro, Tarasconi y Fleitas Solich. El plantel de jugadores que se presentó en la vieja cancha de la plaza España sería, posteriormente, el primer campeón argentino del profesionalismo.
Por Bruno Verdenelli
verdenelli@lacapitalmdq.com.ar
“¿En serio? ¿Y cómo puede ser que haya jugado antes en Europa que acá?”. La pregunta es de un hincha caracterizado pero podría ser de cualquiera. Y sí, porque es un hecho extraño. Sobre todo al tomar dimensión de que hace casi un siglo las distancias eran las mismas pero los tiempos y los medios de transporte eran otros. Lo cierto es que esa tarde veraniega de 1929, cuando disputó su primer partido en la ciudad de Mar del Plata, Boca Juniors ya era considerado por muchos como el equipo de fútbol más grande de América. En parte, esa reputación se la debía a la triunfal gira que había realizado a través del “Viejo Continente”, sólo cuatro años antes.
En estas épocas de pandemia, y sin nuevos partidos, son varios los medios que han desempolvado material de archivo. Pero pocos pueden darse un lujo como el que se da hoy LA CAPITAL, cuya hemeroteca cuenta con publicaciones desde 1905 en adelante. Y he aquí una gran demostración.
La crónica de este diario publicada el martes 22 de enero de 1929 ofrece con lujo de detalles lo que fue el trámite del encuentro disputado dos días antes, en el que el “xeneize” goleó a Nación, el mejor de los “teams” vernáculos de ese momento, en su vieja cancha de la plaza España. El resultado final fue 6 a 0 con cuatro tantos de Roberto Cherro, “Cabecita de Oro”; uno de Domingo Tarasconi (figura escrito como Tarascone, habitual error de la época); y el restante de Manuel Fleitas Solich.
Sin embargo, el periodista cuya identidad probablemente jamás se conozca, ya que las notas no llevaban firmas por entonces, explica que el equipo local tuvo un gran desempeño que desafortunadamente no se vio reflejado en el “score”.
“El match Boca Juniors V. Nación finaliza con la victoria del popular y poderoso equipo visitante” es el título de la portada de la sección “Deportivas” de aquella edición del matutino. Y agrega como información complementaria que el encuentro tuvo “una extraordinaria concurrencia” que “bordeó el field de la plaza España deseosa de conocer los valores del cuadro boquense”. También da cuenta la nota de la “tenaz resistencia opuesta por el eleven local” que “hizo que la lucha resultara interesante”. “El alto score en su contra no desmerece en nada el comportamiento del cuadro de Nación”, asevera, para luego sí iniciar la redacción del cuerpo del texto.
Imagen de la nota publicada el 22 de enero de 1929 en LA CAPITAL.
“Un espectáculo magnífico”
La crónica en cuestión comienza así: “Un espectáculo magnífico y pocas veces visto presentaba el domingo el amplio field de la plaza España, con motivo de la disputa del match entre los elevens superiores de los clubs arriba citados”. Como se puede observar, la utilización de palabras en inglés, aún no castellanizadas, era habitual en la escritura relacionada a los “sports” importados de tierras anglosajonas.
Y continúa: “La presentación del conjunto de Boca Juniors, quizá el de más prestigios actualmente dentro del deporte nacional, había despertado un interés extraordinario”. Poco después describe que en las horas previas al partido ya habían comenzado a acercarse a la cancha muchos hombres, “todos populares y grandes”, lo que provocó luego que no se viera “ni un solo claro en las partes de cómoda ubicación”. “La tribuna oficial, las gradas laterales y alrededor del field era una compacta masa de aficionados que daba un aspecto imponente. Y ello era justificado. Un cuadro de la talla del boquense, constituido por hombres todos populares y grandes jugadores, tenía forzosamente que interesar aún a aquellos que rara vez concurren”, añade.
Acto seguido, destaca al plantel local e indica que su presente influyó también en la convocatoria de público: “No es aventurado afirmar que Nación es el que en estos momentos está en mejores condiciones de enfrentar a conjuntos como el de referencia”.
Antes de relatar cómo fueron cada uno de los seis “goals” del visitante, el narrador desconocido analiza el juego. “Podemos decir que este encuentro ha acusado características distintas a los otros con instituciones de la Capital Federal. Ni el más optimista pudo pensar que los locales opusieran tanta resistencia y actuaran en la forma que lo hicieron”, manifiesta.
Ese párrafo también es una demostración de época. Quién podría pensar hoy que un equipo que pierde 6 a 0 contra otro puede haber opuesto algún tipo de resistencia… Además de echarle culpas a la “alta temperatura reinante” y adjudicarle a esta el cansancio de los “players” marplatenses vestidos con camiseta azul, el redactor enalza “el poder del contrario”. “Boca Juniors dio bien a conocer la técnica de que es poseedor. Su fama la tiene bien ganada y creemos innecesario comentar individualmente la actuación de sus hombres. Son todos maestros y no es por ende posible la existencia de puntos flojos. Nación por su parte se superó a sí mismo. El score en su contra es lo que menos interesa; pudo caer por menos tantos y su desempeño haber sido malo”.
Los goles
El juego se inició a las 5 de la tarde y fue trabado, aunque con cierto manejo de la pelota del equipo visitante. Sin embargo, la resistencia de Nación al plantel “xeneize” que poco más de dos años después se convertiría en el primer campeón argentino del profesionalismo, sólo duró 24 minutos. Cherro, que ya había avisado de cabeza, conectó un tiro bajo tras un pase de Tarasconi y abrió el marcador ante la mirada del arquero Della Torre, que no pudo hacer nada para evitarlo.
Roberto Cherro, histórico goleador “xeneize”.
El segundo de los cuatro tantos que contaría esa tarde “Cabecita de Oro”, quien fuera el máximo goleador de la historia de Boca hasta que Martín Palermo lo superase recién en 2010, llegó tras un tiro de esquina. Y el tercero se registró exactamente a los tres minutos. Así, el club de la Ribera superaba ampliamente al marplatense al culminar el primer tiempo, a pesar de que antes del pitazo del árbitro Antonio Gambino casi sufre el descuento en los pies del jugador local Cauhapé, quien pateó al arco tras un centro de su compañero Laffont.
En el complemento Nación salió a atacar a Boca y volvió a tener chances de anotar. Los visitantes se replegaron sabiamente y antes de los cinco minutos una jugada de contragolpe derivó en el cuarto tanto: esta vez marcó Tarasconi. Según la crónica lo hizo en posición dudosa y el juez de línea le advirtió inmediatamente la posible irregularidad al “referee”, pero éste decidió convalidar la jugada de todos modos. Partido liquidado, diría un relator en la actualidad.
El quinto y el sexto fueron obras del implacable Cherro, nuevamente, y de Fleitas Solich, después de “marear” a dos defensores locales. Aún así, el arquero Della Torre logró evitar la caída de su valla dos veces más y de acuerdo a la nota publicada en el diario “los minutos finales del match” se desarrollaron en el campo visitante.
Eso fue todo: Boca había debutado en Mar del Plata con una nueva y aplastante victoria. Y como ya rezaba la letra de su himno, encargado a Italo Goyeche y Jesús Fernández Blanco por Victoriano “Toto” Caffarena -el famoso “Jugador Nº 12”- tras la legendaria gira europea, su bandera azul y oro tremolaba aquí también como enseña vencedora. Como empezaba a ocurrir donde quiera que luchara.